bigotudo
Panurus biarmicus
Entre cañas y juncos se intuye un ajetreo que no es viento: quizás un grupo de bigotudos cazando insectos antes de que el frío los obligue a cambiar de dieta. Pequeños, nerviosos y coloridos —especialmente los machos con sus bigotes negros—, crían hasta cuatro veces al año, aunque sus nidos son vulnerables al clima, a los depredadores y a la mano humana. En la península apenas quedan unos pocos núcleos. Verlos es un regalo, y recordarlos, una forma de no dejarlos desaparecer sin darnos cuenta.
Técnica
Acrílica sobre papel.
Año
2020
Historia
Creo que fue el primer encargo, para una persona que ha seguido al pie del cañón desde este primer día. Gracias, Vadó.
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