ROQUERO SOLITARIO: INFOGRAFÍA DE UNA RUPÍCOLA

15 de febrero de 2022

Varias ilustradoras e ilustradores nos hemos unido para dar forma a algunas de las aves rupícolas que podemos encontrar en España. Hemos realizado, con distintas técnicas y estilos, una lámina de cada una de estas aves, con el objetivo de contribuir a darla a conocer, a transmitir algunas de sus curiosidades y las amenazas a las que se enfrentan.

¿qué son las aves rupícolas?

Las aves rupícolas son aquellas que crían en las rocas, en los acantilados, en los roquedos, en los cortados… Podemos encontrar desde grandes rapaces diurnas y nocturnas hasta pequeños paseriformes, pasando por, por ejemplo, los córvidos.

En este proyecto hemos seleccionado distintas especies, una para cada persona del equipo, quien la ha interpretado a su gusto y ha representado los datos que más interesantes le parecieron. Por eso, tenemos al roquero rojo (Monticola saxatilis) de Annette; a la chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax) de Rocío Hermosilla; al avión roquero (Ptyonoprogne rupestris) de Inés Díaz; al colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) de Pablo Reina; al treparriscos (Tichodroma muraria) de Sofía Borop; al acentor alpino (Prunella collaris) de David Pala… ¡y a mis roqueros solitarios!

EL ROQUERO SOLITARIO

El roquero solitario (Monticola solitarius) es un ave rupícola que, desde lo alto de alguna roca, canta y espera el momento ideal para atrapar a sus presas.

Es una especie que presenta un intenso dimorfismo sexual, pues, aunque el tamaño entre macho y hembra sea similar, los colores varían mucho. La hembra, más parda y apagada, tiene la parte ventral barrada, lo que hace que pueda confundirse con mayor facilidad con los juveniles de la misma especie (aunque no presentan estas barras) o con las hembras del roquero rojo (aunque están tienen otro patrón de manchas y tienen un tono más rojizo). El macho de roquero solitario, por su parte, es de color azul metálico, más intenso en verano a causa del desgaste de su plumaje de invierno). Sus alas y su cola son más oscuras y e tono metálico puede pasar más desapercibido en función de la luz que haya, lo que a veces puede engañarnos. ¡Pero cuidado! Este es el macho más habitual en toda la zona de Europa y de África… ¿pero qué pasa con esta especie en el sudeste asiático? Allí aparecen dos subespecies, la philippensis y la pandoo. El macho de la primera de ellas también puede engañarnos… ¡esta vez con el macho del roquero rojo!

Pero macho y hembra de roquero solitario no solo difieren en su plumaje… también lo hacen en algunos hábitos. Por ejemplo, las hembras suelen cantar posadas, mientras que los machos también cantan en vuelo. Este canto es melodioso, más que el de un mirlo.

Vive en hábitats desnudos, rocosos y escarpados. Y anida en sus cavidades. Allí deposita los 4 o 5 huevos de cada puesta, que serán incubados por la hembra durante 25 días. Y se enfrentarán a su primera amenaza (aunque no por orden de importancia ni incidencia): las personas que, inconscientes, no respetan los periodos de cría ni los nidos y desarrollan actividades recreativas en zonas muy cercanas que pueden perjudicar su éxito reproductivo. 

Pero las amenazas más graves son la presión urbanística y la pérdida de los usos tradicionales del monte. La construcción en zonas rocosas, montañosas o costeras destruye sus hábitats. El aumento del matorral o de los bosques, por el abandono de la ganadería entre otros motivos, reduce la superficie de roca.

el valor de las infografías

Mientras que los pilares de la ilustración científica son la observación y el rigor… el pilar de la infografía es el de aprender sin saturar. Este proyecto junta ambos elementos para tratar de dar a conocer una especie que es difícil que llame nuestra atención. ¿Por qué puede no llamarnos la atención el roquero solitario?

Primero, porque solemos vivir en medio de una burbuja de cemento y nuestras salidas a las montañas son muy esporádicas. Segundo, porque, si salimos a la montaña, es posible que, en general, no nos fijemos en los pájaros: tal vez vayamos en compañía y charlando tranquilamente, tal vez vayamos con tanto cansancio que solo estemos pensando en qué sombra podemos parar a descansar. Tercero, porque, en caso de que nos fijemos en las aves, el roquero solitario es un ave oscura, aparentemente discreta, sin coloridos ni grandes vuelos acrobáticos y que, además, está en entornos donde no solemos acceder (ojalá tener la agilidad de las cabras para andar por las rocas, pero no).

¡Por todo ello es necesario que la gente conozca a estas especies! Porque se extinguen. Tal vez la tendencia poblacional del roquero solitario aún sea más o menos estable, pero se enfrenta a unas amenazas que ya lo han puesto sobre las cuerdas en alguna ocasión y ante las que ningún proyecto de conservación puede enfrentarse solo: necesitamos cambios sistémicos.

¿quién ha participado en el proyecto rupícolas?